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Digimon Apocalypse
By: Aztlàn
- Prólogo: Digimon para nadie...
El Digimundo era absolutamente hermoso, desde lo alto se podía observar algunas regiones que lo constituían, la Isla File, el continente Server, el Océano Net, el continente WWW, todos eran sitios asombrosos, si la tierra es absolutamente fascinante, el Digimundo lo es más, le tomaría miles de años a los Cartógrafos registrar todo el digimundo, si nos acercamos un poco mas podríamos observar Ciudad File, el pantano Geeko, la Ciudad del comienzo y muchos otros lugares más, pero sin duda son sus habitantes los seres más fascinantes que se pueden ver, todo en ese lugar era maravilloso desde sus regiones naturales hasta sus climas, la magnitud de aquel lugar era tan impresionante que hasta el mismísimo Miguel Ángel le hubiera sido imposible plasmar tal belleza.
Sin embargo en esos momentos el futuro del Digimundo estaba por cambiar totalmente, a lo lejos en el horizonte se podía observar la Isla de Los dioses, un lugar al que los ilusos mortales tenían prohibido el acceso, pero aquel día algo no estaba bien, la Isla se observaba con un tono sombrío, se podía sentir como si algo catastrófico estuviera a punto de suceder.
Desde cualquier punto de donde se viera la Isla de los dioses, se podía observar como nubes grises rodeaban el lugar, parecía como si la nieve hubiera cubierto la esencia de los más poderosos Digimon, sin embargo cualquier Digimon con un poco de cordura no le preocuparía pues aquella Isla era resguardada por los 3 Ángeles de Digimundo, los 12 Olímpicos también y en cualquier caso, podrían llamar a los Royal Knighs, no había de que preocuparse, ellos lo tendrían todo bajo control, serían capaces de detener hasta la Henki-Dama de Goku, el ataque de Exodia y la furia de Arceus todos juntos y aun así no sudarían ni una gota.
Ese era el problema de los Royal Knighs, eran tan poderosos juntos que podrían acabar con el mundo real, el Digimundo y cualquier otro mundo si se lo proponían, pero estaban bajo la sombra de se Jefe…el creador del nuevo Digimundo…el mero mero…alguien que con tan solo pronunciar su nombre hacía que los Digimons volvieran a ser Digitamas…solo una criatura podría infundir tal miedo y respeto en todo el mundo Digital…me refiero únicamente a… Yggdrasil.
Aun cuando todo fallará, Yggdrasil era invencible, su poder inigualable y aun cuando se le matará, se regeneraría, sin embargo a parte de la Isla de los dioses, muchos Digimon que podían manipular el Hielo habían desaparecido misteriosamente, ¿Tendrá algo que ver con lo sucedido en la Isla de los dioses? Sólo una cosa es segura, lo que suceda mas adelante, marcará el principio del fin.
- Capítulo 1: 3 años después...
-¿Pero…que diantres sucedió…? -se preguntó un chico de playera blanca al despertar –Mi pecho…como me duele…- se quejó el chico -¿Dónde diantres estoy?- el chico intento levantarse pero el pecho le dolía mucho –Arg… ¿Pero que rayos?, aparte de todo no recuerdo nada, ni como llegué aquí…-
Pero no se podía quedar mucho más tiempo en ese lugar, una llamarada de fuego surgió de entre la nada, proveniente de un Zambamon su figura no tenía ninguna lógica para su víctima, aquel Digimon tenía cabeza de Dragón pero pezuñas de caballo y un jinete que no tenía cabeza, aquel chico sentía un miedo que le corría en todo el cuerpo ante tal atrocidad, pero un instinto que parecía familiar le dijo que debía de correr o moriría.
-Creo que será mejor salir de aquí – diciendo esto, se levantó con mucho esfuerzo y empezó a correr en cualquier dirección, tratando desesperadamente de salir de la vista de su perseguidor. Aquella persecución se extendió por algunos minutos, el chico de playera y jeans comenzaba a cansarse, no podía mantenerse corriendo por mucho tiempo y menos si el pecho seguía gritándole que parase. En el momento menos indicado, se tropezó con una piedra haciendolé perder le equilibrio cayendo al suelo segundos después. Zambamon se acercó con frialdad, preparado para matar a su víctima, pero justo cuando iba a lanzar un ataque que terminaría la vida de aquel chico que tenía enfrente, se escuchó una voz a lo lejos:
- ¡DigiSpirit digivolves a… Lobomon!- Lobomon apareció usando su ataque con espadas, aniquilando a aquel Zambamon, cuando estaba a punto de convertirse en datos, Lobomon dijo:
-Espíritu que te revuelcas en la oscuridad, ¡la luz sagrada te purificará!- Entonces Lobomon absorbió los datos de su enemigo derrotado.
La figura de Lobomon desapareció dejando ver a un chico de sudadera azul y un pañuelo cubriendo su cabeza.
-“Había escuchado de Hombres Lobo pero esto es ridículo”- pensó el chico de playera blanca.
El “Chico Lobo” como así decidió llamarlo el de playera blanca, se acercó al chico que tenía enfrente y extendiéndole una mano le dijo:
-Hay que irnos, este lugar no es seguro- El otro chico se levantó con dificultad y los 2 jóvenes empezaron a caminar en dirección hacia unas ruinas, lo que antes parecía ser una ciudad. El chico de playera blanca comenzó a observar a quién había salvado su vida, ese “Chico Lobo “ llevaba una sudadera azul, debajo una playera amarilla y sobre la cabeza un pañuelo azul con algunas líneas marrones, su ropa estaba algo gastada, parecía no tener mas de 16 años, sus brazos eran fuertes y su mirada clara, parecía un chico que tenía los pies sobre la tierra, no parecía muy engreído ni tampoco muy egocentrista, pero despedía una sensación de pocos amigos, algo reservado, no hablaba mucho, pero poco importaba, el chico de playera blanca levantó la mirada hacia el horizonte, parecía que el apocalipsis de la Biblia se había cumplido o que Nostradamus tenía razón,la luz de la luna ayudaba mucho, pero lo poco que pudo observar, eran estructuras de metal hechas pedazos, corroídas por el óxido, casas y edificios asaltados o con exclamaciones hechas con aerosol, había mucha basura, los autos estaban con las neumáticos desinflados y la mayoría con los cristales rotos, parecía que la gente había desaparecido de la faz de la tierra, los miedos mas ocultos del chico de playera blanca parecían haberse hecho realidad ¿Los muertos se habían levantado de sus tumbas acaso? ¿O de que otra parte había venido tal destrucción? Necesitaba respuestas y las necesitaba en ese momento, así que decidió preguntarle a su compañero.
-Dime “Chico Lobo” que ha sucedido aquí ¿Acaso los zombies han dominado al mundo?- El chico del pañuelo esbozo una pequeña sonrisa, al mismo tiempo que respondía la pregunta.
-Ojalá fuera solo eso, mi nombre es Kouji Minamoto, hace aproximadamente 3 años, la barrera entre este mundo y el mundo digital se cayó formando lo que llamamos la Digitierra…- explico Kouji.
-¿Digitierra?- interrumpió el otro chico.
-Así es ¿Pero donde has estado todo este tiempo? Parece que no fueras de esta época- dijo Minamoto
Para aquel chico de playera blanca le resultaba muy difícil aceptar lo sucedido, no recordaba donde había estado y que es lo que había sucedido.
-Yo…yo…yo no lo recuerdo- respondió con incredulidad.
-¡Vaya! Parece que ese golpe que te diste al tropezar te afectó más de lo debido, debemos de llevarte a un médico- dijo Kouji
-No, no es necesario, estoy bien- respondió el chico de playera blanca, sin embargo una explosión los empujo fuertemente contra una pared, haciendo mas fuerte el dolor de aquel chico, ¿Quién o que los había atacado? Esa era la pregunta en cuestión.
- Capítulo 2: Viejas rencillas
Kouji y el chico de playera blanca levantaron la vista para ver que o quién les había atacado, Kouji sabía perfectamente que había sucedido, pero al chico amnesia la imagen que vió, le trajo toda un serie de sensaciones que eran familiares para él, aunque no podía recordar donde, ni cuando había vivido eso.
-¡Tu otra vez!- gritó Kouji
-¿Cuándo aprenderán? ¡Que no se pueden esconder de nosotros!¡ Kabuterimon! ¡Ataca!- grito el compañero de aquel Kabuterimon.
-¡Mega explosión! –dijo Kabuterimon para anunciar su ataque.
El ataque de Kabuterimon impactó contra sus 2 oponentes, Kouji uso su cuerpo como escudo para su amigo de blanco, el golpe hizo desmayar a Kouji, mientras que el ya debilitado chico de blanco alcanzó a recibir un impacto mas leve, sin embargo el golpe hizo que algo en la cabeza del chico de blanco comenzará a trabajar, algunas imágenes se le vinieron a la mente, empezaba a recordar ciertas cosas, pero de entre ellas, el recordaba de quien era ese Kabuterimon.
-¡Izzy! ¡¿Porque haces esto?!- dijo el chico de blanco
-¿Cómo sabes mi nombre? Eso no importa, la hora de su muerte está cerca - respondió Izzy.
-No te atrevas maldito inútil- dijo Kouji quien estaba recuperando la conciencia.
-Kabuterimon ¡Acábalos!- ordenó Izzy.
-¡Mega explosión! –Dijo Kabuterimon anunciando su ataque.
-¡Alto!- Exclamó fuertemente el chico de la playera blanca, al decir esto un Digivice apareció enfrente de él, pero no se sorprendió, al contrario lo tomó, era como si supiera que hacer, en ese momento, apareció un Renamon, al contrario del chico de blanco ese Renamon se sorprendió de lo que vió, era su antiguo Tamer, estaba vivo, eso no podía ser, ella lo vio morir hace 3 años.
La incredulidad de Renamon era aparente, pero supo interpretar la mirada de su Tamer, esa seguridad y firmeza que lo habían caracterizado, Renamon estaba lista para el combate.
-¡CAMBIO DE CARTA! Conexión V de velocidad- Dijo el Tamer de Renamon mientras deslizaba una carta en ese Digivice de color Aguamarina.
Renamon adquirió una velocidad increíble y atacaba a Kabuterimon para así evitar que lance su técnica contra su Tamer y Kouji Minamoto.
-¿¡Pero eso es imposible?!- Dijo Izzy en un gesto de incredulidad, él no podía creer lo que veía, ¿sería aquel Tamer el responsable de lo sucedido hacía ya 3 años?- ¡Vamos Kabuterimon, eres mas fuerte que esa zorra!- gritó Izzy.
-¡Puño Glicina!- Exclamó Renamon, mientras su puños se llenaban con una llama azul e impactaban en el exoesqueleto de Kabuterimon, casi rompiendo su coraza.
Mientras Renamon y Kabuterimon luchaban, aquel nuevo Tamer se acercó hasta donde estaba Izzy.
-Tú no mereces, llevar ese Digivice niño tonto- Le dijo el chico de blanco a Izzy, Izzy no podía tener mas de 14 años, por lo tanto no era rival para un combate cuerpo a cuerpo contra Kouji o contra ese nuevo Tamer, sin embargo no podía contener la ira que sentía, incitándolo a pelar.
-¿Y que harás para detenerme?- Dijo con un tono irónico Izzy.
-¡Esto!- respondió Aztlán, golpeando a Izzy.
Izzy se llevo la mano a la mejilla roja que acaba de obtener, cerro su puño y se volteo contra su rival, asestándole otro puñetazo igual, el chico de Blanco esbozo una sonrisa de malicia, Izzy estaba a punto de lanzar otro puñetazo cuando su rival lo sorprendió con una patada, lanzándolo varios metros hacia atrás y soltando su Digivice en el proceso. Aquel Tamer se acercó a donde estaba tirado el digivice de Izzy. Izzy haciendo un esfuerzo por levantarse dijo:
-¿Quién eres tú?
-Yo…yo…-titubeaba aquel chico de Blanco, en su mente seguían pasando imágenes, comenzaba a recordar muchas todo lo que había olvidado, cerro su puño, esbozo una sonrisa de pericia en su rostro, limpio su labio sangrante y dijo:
-Yo soy Aztlán- Y diciendo esto, aplastó el Digivice de Izzy contra el suelo.- Renamon acábalo- dijo Aztlán.
-¡Tormenta de diamantes!- Dijo Renamon, haciendo aparecer decenas de fragmentos de cristal, que impactaron contra Kabuterimon, haciendo que sus datos se dispersarán.
Izzy no podía creerlo, había sido derrotado, humillado y golpeado por un desconocido, además ya no tenía Digivice ni Digimon. Aztlán se dirigió hacia Kouji lo ayudo a incorporarse y junto con Renamon siguieron su camino.
- Capítulo 3: Traición
-¿Así que tú eres Aztlán?- dijo Kouji Minamoto dirigiendo su pregunta a Aztlán.
-¿Porqué siento que lo dices con un poco de rencor?- contesto Aztlán.
-Solamente preguntaba… ¿acaso no recuerdas nada de lo sucedido en estos 3 años?- preguntó Kouji.
-No, sinceramente no recuerdo nada, solo sé que desperté en esta…Digitierra.-contestó Aztlán.
-Ya habrá tiempo para ponernos al corriente, ya casi llegamos a la base.- Dijo el chico con un pañuelo en la cabeza, pero, aunque Kouji negaba sentir algún rencor, por dentro tenía deseos de vengarse, pues el hacía responsable a Aztlán de todo lo que había sucedido.
Por otro lado Renamon, se encontraba sorprendida, estaba deseosa de saber que había pasado, sin embargo, también estaba contenta porque su Tamer había regresado, aunque de la muerte, pero había regresado, ella extrañaba lo que sentía cuando peleaba a su lado, la última vez que pelaron juntos, él resultó muerto, ella no dejaría que eso volviera a pasar.
-Hemos llegado, esta es la base- Dijo Kouji
-¡Yo no veo nada!- decía Aztlán y tenía razón, ese lugar era una pared, desgastada y sucia, pero de repente el piso comenzó a moverse, una puerta oculta surgió, debajo de ella, había unas escaleras.
-¡Vaya eso no me lo esperaba!- dijo Aztlán.
-Nosotros también estamos llenos de sorpresas…- dijo Minamoto con un tono que no le agrado nada a Aztlán.
Los 2 chicos y el Digimon, bajaron las escaleras, llegaron a una puerta de metal blindada, Kouji se identificó con una clave, la puerta se abrió, lo que se encontraba adentro le recordó a Aztlán los documentales sobre la segunda guerra mundial, la luz era producida por algunos Digimon, la comida era almacenada en un cuarto vigilado por guardias todo el tiempo, el baño también era manejado por Digimons que manipulaban el agua, dentro de algunas zonas podrían observarse algunos Digimon junto con sus Tamers, cuando Aztlán entro junto con Kouji, todos se les quedaron mirando, ahí se encontraban Tommy, Henry, Yuu,, Matt, T.K y algunos más, de los que Aztán había escuchado o conocido alguna vez como los Digielegidos, solo había 10 quizá 15, también estaban otros Tamers no eran mucho como 5 o 7.
-Yo esperaba una bienvenida mas alegre, pero esto es…interesante- dijo Aztlán tratando de aliviar la tensión.
-¿Pues que querías inútil? ¿¡Que te recibiéramos con los brazos abiertos!? Ni lo creas imbécil- dijo un Chico de chaleco naranja.
-Hey! Calma, ¡no hay razón para exaltarse!- dijo defendiéndose Aztlán.
-Deja de hablar idiota o ¡¿Acaso quieres mi puño en tu cara?!- dijo un chico con un sombrero que parecía de pescador, pero era identificable gracias al Patamon que lo acompañaba.
-¿Quieres pelear? ¡Pues adelante estoy listo!- Dijo Aztlán, ciertamente no le gustó como lo recibieron los demás, pero tampoco era momento de calentar los ánimos, él pensaba que si sus rivales tuvieran 12 o 13 años como los antiguos chicos de los que había escuchado, pues les podía dar su merecido, pero aquellos muchachos parecían de 15 o 16, eran demasiados como para enfrentarlos solo.
-¡Dejen de pelear inútiles!- Se escuchó una voz al fondo de la sala. Era un chico de cabello rubio con una playera de color verde sin mangas, que dejaba ver sus trabajados brazos. –Llévenlo a la sala de interrogatorio.- terminó de decir Matt.
Aztlán se sentía traicionado, no pudo oponer resistencia pues alguien lo noqueo con un golpe, cuando despertó se encontraba atado a una silla en un cuarto iluminado solo con la luz de una pequeña lámpara que funcionaba a baterías.
-¿Quién eres tú?- preguntó una voz, Aztlán trato de ver de quién era esa voz, pero la lámpara lo deslumbraba demasiado. –No lo volveré a repetir ¿Quién eres tú?- Aztlán aún seguía desorientado no tuvo tiempo para responder cuando un golpe le fue propinado en la mejilla izquierda, cuando levantó la vista, pudo ver quiénes eran sus interrogadores, nada mas y nada menos que Matt y TK, aunque TK se veía mas joven que Aztlán sus golpes dolían y mucho.
-Dinos quién eres o sufrirás- Dijo TK mientras amenazaba a Aztlán tomando su camisa por el cuello.
-Seguramente ya saben quién soy, Kouji ya les debió de decir- Dijo Aztlán, esto hizo soltar la ira de TK quién le dio otra bofetada, dejando sangrando el labio de Aztlán.
-No juegues conmigo maricón- Dijo TK.
-Mi nombre es Aztlán…Aztlán Romero- dijo Aztlán tratando de recuperarse de los golpes dados.
-¡Dinos dónde tienen a los rehenes!- Ordenó TK
-No sé de que me hablas…- Dijo Aztlán. TK le dio otra bofetada. El interrogatorio se extendió por varias horas, a Aztlán le salía mas sangre cada vez más, la frustración en los ojos de TK se hacía cada vez mas evidente y aunque Aztlán no lo mostraba estaba satisfecho con ello.
Como podían estar hostigando a una persona así unos simples adolescentes, en sus ojos se podía ver la desesperación, el miedo y el rencor en contra de Aztlán pero aún él no sabía porque. Matt solo permanecía apoyado en una pared, esperando los resultados que podía sacarle TK, lamentablemente, Aztlán no sabía nada de lo que le preguntaban.
-Déjamelo a mí TK- dijo Matt, Matt se acercó a Aztlán y le dijo cuidadosamente –Hay varias formas de hacer hablar a un hombre, no solamente las bofetadas, los testículos son muy efectivos…Si quieres llegar a tener hijos tienes que decirme lo que necesito.- advirtió Matt.
-No sé nada de lo que quieren- Dijo Aztlán, Matt le dio un puñetazo en los testículos, Aztlán se retorcía de dolor.
-¡Dime lo que necesito saber!- Dijo Matt.
-¡Yo no sé nada!- Dijo Aztlán, Matt le dio un golpe en el estómago.
-¿Acaso quieres mi puño en tu cara inútil? Sabemos que has trabajado con los Dark Knighs.- Dijo Matt. Esto hizo que la mente de Aztlán supiera de quiénes estaban hablando, ellos querían información de las personas que no había visto en 3 años, de pronto, los hechos sucedidos en el mundo Pokémon hace 3 años, le vinieron a la mente a Aztlán, las caras de 7 chicos le vinieron como rayo, ya sabía a que se enfrentaba, era momento de atacar.
-¡Dije que si quieres mi puño en tu cara!- Dijo Matt. Aztlán se limitó a contestar.
-¡Como tú quieras!- Matt se preparaba para darle un golpe a Aztlán, pero de repente y casi sacado de un programa de Houdini, Aztlán se liberó de sus ataduras y con una mano detuvo el puño de Matt, con la otra golpeo su estómago, después lo levantó y le dio varias bofetadas, TK intentó defender al confundido de Matt, pero recibió una patada que lo hizo caer, Aztlán aventó a Matt sobre TK, cuando los 2 se levantaron, miraron a Aztlán con odio, Aztlán estaba ahí de pie, esperando a sus 2 rivales, sobándose las muñecas, que habían sufrido para salir de las ataduras. – ¡Podemos hacer esto por las buenas o por las malas!- dijo él.